Señor Director,
En San Martín de los Andes, el 30 de agosto se cumplió un nuevo aniversario, el quinto, del brutal asesinato de Cristian González, un joven que se encontraba pescando con dos amigos. El crimen lo cometió un guardabosque municipal por orden de Gaspar Schoro, el propietario de las cabañas Andina. Los pescadores atacados se encontraban sobre la costa del Lago Lolog, a unos 100 metros del puente que cruza el río Quilquihue. El asesino tiró desde la costa de enfrente, luego cruzó el puente, recargó el pistolón en una de las cabañas, fue hacia la ruta en compañía de su amo, y efectuó los disparos mortales de atrás cuando ya estaban sobre el camino. Lo más extraordinario es que ni siquiera podían usar como excusa que temían que les robaran, porque las cabañas están del otro lado del puente, sobre el Río Quilquihue, es decir, a unos 200 metros de donde se encontraban los pescadores en el lago Lolog, de todos modos en la costa pública.
Como en años anteriores, me honró acompañar a la familia de Cristian en su recuerdo que como siempre también, estuvo rodeada del calor, del afecto y del respeto de una comunidad que permanece a su lado y los sigue acompañando, más numerosos cada año.
El asesino está preso con una sentencia a doce años de prisión, el instigador libre con una sentencia de dos años y medio, porque el poder siempre consigue impunidad, pero no pudo evitar el castigo de una comunidad que lo ha condenado moralmente, y tampoco pudo escapar al otro castigo que se está llevando su salud.
Después del recuerdo en el lugar del hecho, siempre realizamos una Asamblea con las organizaciones presentes y la adhesión de quienes no pueden llegar, y adjunto envío para difusión el comunicado consensuado por todos los presentes. Estas conclusiones muestran que a lo largo de la cordillera patagónica los reclamos son similares y la amenaza de apropiación y destrucción de nuestros bienes comunes es la misma.
Ana Wieman-
DNI 5093307
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