A esta altura de los acontencimientos muchos argentinos ya saben que la minería metalífera ha causado daños ambientales en San Juan, en Santa Cruz y en Chile. Pero el gobernador Sapag se hace el que no lo sabe y nos presenta aquellas explotaciones como ejemplos a imitar.
A esta altura de los acontecimientos muchos argentinos saben que las regalias que pueden percibir las provincias por la explotación de sus minerales tienen un tope del 3 %, límite impuesto por ley nacional. Sin embargo Sapag pretende convencernos de que él puede ponerle un canon al minero que exporte materia en bruto y no la procese, algo que no le permite la ley nacional.
A esta altura de los acontecimientos en Neuquén se sabe que la mayoría de los vecinos de Loncopué, Campana Mahuida, Cajón de Almaza y la Comunidad Mapuche Mellao Morales rechazan el proyecto chino de explotar cobre, no solo porque vaya a irse el recurso a China, sino porque destruye la Comunidad Mapuche y afecta en forma grave, irremediable e irreparable el medio ambiente. Pero Sapag pretende presentarnos ante la prensa como solo preocupados por quien se lleva el cobre, cuando en realidad aquí no importa de que bandera es el ácido sulfúrico, la dinamita, los metales pesados o el drenaje ácido. La muerte y la contaminación no tienen nacionalidad.
A esta altura de los acontecimientos muchos neuquinos saben que Sapag, sin importarle la tutela del medio ambiente, mediante Decreto Nº 1128/08 le perdonó a Y.P.F. 577 millones de pesos por multas por contaminar el medio ambiente con excesos de venteo. Y como si no nos acordáramos de ésto porque oportunamente no publicó ese decreto, respecto de la minería Sapagahora nos viene a decir: "...Es lo que yo decía hoy de hacer respetar todas las exigencias y obligaciones ambientales, pero al mismo tiempo no nos podemos resignar de ser una provincia minera... ...Yo creo que hay que analizarlo muy bien; hay que estudiar muy bien los impactos ambientales; y, si la actividad es sostenible y sustentable, no hay que tener prejuicios..."
Evidentemente que SAPAG no tiene prejuicios cuando de regalar nuestros recursos se trata. Pero tampoco escrúpulos para venir a hablar de controles ambientales cuando él, con sus propios perdones a las petroleras, hizo que las leyes ambientales neuquinas hayan perdido toda credibilidad y que en Neuquén todos sean iguales ante la ley, pero algunos resultan ser más iguales que otros...
Tampoco hay escrúpulos para promover la mina china de Campana Mahuida cuando la familia del Gobernador es titular de cinco minas que rodean a este emprendimiento (titulares CN Sapag S.A. y Ambar S.A.).
Neuquen tierra nueva, sí. Pero con caradurez vieja.
Favor difundir para que no nos sigan tomando por tontos.
A.V.A.L.
Asamblea de Vecinos Autoocnvocados de Loncopué.
Fuente: http://www.noticiasonline.org/index.php?option=com_content&view=article&id=332:se-postergo-la-reunion-sapag-gremios-para-el-lunes&catid=24:gob2&Itemid=9
Periodista: - Gobernador, en el caso del tema de la minería, usted sabe que hay una fuerte oposición en Loncopué y en Campana Mahuida por el tema de la explotación minera. ¿En este marco del diálogo, usted prevé reunirse con esos sectores para poder llegar a algún tipo de acuerdo?
Gobernador Jorge SAPAG: - Es lo que yo decía hoy de hacer respetar todas las exigencias y obligaciones ambientales, pero al mismo tiempo no nos podemos resignar de ser una provincia minera. La provincia de Neuquén es una gran productora de minería no metalífera y tiene la producción de oro en Andacollo, donde hay una fuente de trabajo para 300 personas.
Y cualquier pueblo del mundo que encuentre una reserva natural, un recurso natural, sabe que encuentra posibilidades de desarrollo, de progreso y de empleo. Hay que hacer amigable al sistema ambiental con el sistema productivo, mientras el sistema productivo no dañe al medio ambiente. Esto sabiendo que el gas, el petróleo y la minería son actividades extractivas, que generan perforaciones y generan extracción. Pero es amigable si se cumple con los protocolos internacionales, si se cumple con las medidas ambientales provinciales y nacionales.
En Argentina, en la provincia de San Juan, que es una provincia muy minera, o en la provincia de Santa Cruz tienen explotaciones importantes y cumplen las empresas con todos los requisitos y con todas las normas exigidas y no desalientan la inversión minera. La inversión minera en Chile, dije yo recién, va a ser de 23 mil millones de dólares en cuatro años. Entonces, no podemos renunciar a las inversiones mineras. En el potasio, tenemos posibilidades de inversiones también millonarias en el norte de la provincia de Neuquén: la compañía minera Vale do Río Doce y otros capitales que quieren invertir. Y no se los puede desalentar porque haya una percepción o un prejuicio de que la actividad minera por sí sola tiene que ser descartada.
Yo creo que hay que analizarlo muy bien; hay que estudiar muy bien los impactos ambientales; y, si la actividad es sostenible y sustentable, no hay que tener prejuicios. Porque hay un prejuicio que he escuchado de que, cuando el mineral se exporta a otro país, no hay razón para explotarlo. Yo no lo entiendo eso. Los minerales, como la soja o como el trigo o como otros, pueden ser productos de exportación en la medida en que generen divisas, que generen riquezas y que generen fuentes de trabajo. Es en la medida que se incorpore trabajo. Por ejemplo, nosotros estamos exportando mucho a Chile nuestro calcio en bruto, bueno, hay que procesarlo en la provincia de Neuquén. Y si no, tienen que pagar un canon para llevarlo en bruto, para que con ese canon nosotros podamos generar trabajo en la provincia.
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